Reloj no marques la hora
Porque voy a enloquecer
Reloj deten tu camino, porque mi vida se acaba…
Deten el tiempo en tus manos…
Bien dicen que las cosas que son intangibles, abstractas y subjetivas son las que más nos afectan, no lo hacen de un modo directo, lo hacen más bien cuando nosotros les damos la importancia suficiente para que al cuestionarlas nos den un gancho al hígado. En esta ocasión me refiero al tiempo. Esa magnitud con la que medimos la duración de los fenómenos, su concepto parece ser muy simple, pero todo lo que desata en los seres humanos resulta ser más que complicado.
¿Por qué le tenemos miedo a tiempo?
¿Quién no le tiene miedo al tiempo?
El miedo que tenemos al tiempo impregna cada situación de nuestra vida, lo vemos manifestado en cientos y cientos de situaciones; en las arrugas que se muestran cerca a los ojos, en el sumar día tras día a nuestra edad, en el ir retrasado al trabajo, en el tener cierta edad y no tener una carrera, en el estar soltero en una etapa madura, en el ser menopáusica y no tener hijos, en el tener 40 y ser virgen, en el tener 15 y tener un hijo o en la idea que uno debe terminar la universidad a los 22.
Todas las situaciones anteriores suenan horribles, parecen ser negativas, parece que el tiempo nos va a comer… que el futuro nos alcanza.
El tiempo resulta afectarnos por ser el espejo en el que el único reflejo son las cosas que no hemos hecho, e incluso a veces la frustración que provoca esa imagen hace que nos olvidemos de lo que sí hemos hecho.
El tiempo no es el problema, el problema es la frustración por lo que no hice en ese tiempo.
La presión social y la idea de “los momentos indicados”, como lo son el casarse y tener hijos antes de los 30, son solo ideas absurdas que nos inculcan desde que somos pequeños, ideas que solo nos provocan sobre exigirnos y hacen que todo parezca desechable, pues después de los tener hijos y estar casado ya no habrá oportunidad de muchas otras cosas.
¿Acaso a alguien le inculcaron que puede tener sueños y comenzar a construirlos? ¿Alguna vez les dijeron que esos sueños pueden ser abandonados, re direccionados y reanudados en cualquier momento? ¿Acaso no tenemos derecho a disfrutar el tiempo sin estructurar por completo nuestra vida?
Somos humanos y no podemos funcionar como maquinas que tienen horarios y una estructura de funcionamiento increíblemente precisa. Si intentamos planear esto, solo lograremos desilusionarnos, pues ni siquiera el horario del día puede resultar perfecto, porque existen hechos que nosotros no podemos controlar.
En algunas ocasiones he escuchado el “yo no puedo dejar de pensar en el futuro” o la cara opuesta como lo es el “no puedo olvidarme”. No busco que la gente deje de decir esas frases, creo que en algún momento también las he dicho, pero en mi caso, por ejemplo, vivir agarrado del pasado simplemente no me funciona, es como estar esperanzado a repetir cosas sin aceptar de un buen modo las que la vida me pone en estos momentos, creo que lo indicado es mirar al pasado sólo para aprender, voltear hacia esos años simplemente para ser más sabio o para solucionar lo no hecho. Por otro lado, obviamente pienso en el futuro, pero no de cada simple aspecto de mi vida, creo que eso me provocaría mas miedos y dudas de las que ya tengo. Sé que algún día moriré, sé que podría fracasar, sé que envejeceré, pero eso no me detiene a seguir, de algún modo u otro buscaré la manera de sobrevivir.
Mucha gente dice que eso es pensar de un modo muy arriesgado y puede que tengan razón, pero simplemente creo que tengo derecho a disfrutar del tiempo, lo bueno y lo malo que venga con éste.
Cada quien decide si el tiempo es su enemigo o su fiel compañero. Solo recordemos que el tiempo ni nos comerá, ni nos alcanzará, porque nosotros vivimos en el tiempo, nosotros caminamos sobre la línea que marca este, no el tiempo sobre nuestras cabezas.
Fotografía:http://www.flickr.com/photos/brandoncwarren/