Aún cuando existen crisis económicas, terminan guerras y el país se encuentra en difícil situación el arte nunca se detiene; incluso es posible que sea en este momento donde más propuestas de retratar de un modo inigualable el marco de nuestros días se presente.
La década de los años sesentas, marcada por muchos como la etapa en el que el arte murió, fue el periodo de surgimiento de muchas de las revoluciones artísticas que aún a nuestros días continúan causando desconcierto. En el caso de Italia, se buscó crear una fusión entre la vida cotidiana, los elementos naturales y la cultura.
El Museo Universitario de Arte Contemporáneo guarda dentro de su compleja y peculiar arquitectura, una muestra colectiva en la que se exponen obras de doce artistas italianos de la década de los sesentas; periodo en que en Italia surgió la corriente povera.
Es común entre los hombres la tendencia a depreciar los objetos, situaciones, creaciones o logros, que son fáciles de obtener. Sin embargo, esto para los italianos no representó más que la idea de mostrar que los objetos “pobres”, pueden constituir parte crucial de una obra de arte. Fue así como rebelándose a los estándares de creación, estos personajes decidieron usar materiales no comunes en el campo de la creación plástica.
Exhibiéndose obras de artistas como Pier Paolo Calzolari, Mario Merz, Giulio Paolini, Giuseppe Penone y Michelangelo Pistoletto, la muestra nos invita a pensar más allá de la obra física, a cuestionarnos ¿qué representan una serie de periódicos en el suelo? ¿Qué deseaba el artista que pasara por nuestra cabeza cuando estuviésemos frente a una serie de colchones con luces neón? O ¿qué pretendía el creador al ponernos una serie de micrófonos flotantes? ¿Nos invita acaso a escucharnos más allá de las palabras?
El artista “pobre” utilizó todo lo que tuvo a su alcance para transformar; tubos de plástico, cartón corrugado, hule, espejos, alambres, recortes, periódicos, productos orgánicos, fuego, hielo, telas, entre otros materiales; en formas de representación de la actividad humana.
Es importante que comencemos a ver el arte como lo que representa y no para que sirve. El arte es un medio libre de expresión, la Edad Media ha quedado muy lejos y las pinturas ya no son para educar a los que no saben leer. Hemos llegado a un punto donde los artistas nos retan a dar interpretaciones a sus obras, a buscar el espíritu dentro de sus creaciones. Y es así lo que debemos hacer, pues el arte, como todas las cosas existentes, evoluciona, y es ahora cuando éste ya no quiere ser calificado como bello. Bien dicen que la belleza dura poco.
El arte es un espejo en el que se refleja nuestra cultura, nuestra política, nuestra forma de vida, nuestra realidad… intentemos descubrir que quería gritar el Arte Povera, descubramos que los “poverianos” sólo no querían más un arte comercial y buscaban cierta fusión de la naturaleza. Pensemos y reflexionemos antes de emitir cualquier juicio ante estas piezas “pobres”, cuestionemos incluso ¿cómo podríamos expresar nuestra realidad?